27 de septiembre de 2013

Sólo apto para apasiona2...

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18 de junio de 2011

Reflexiones matutinas con mucho amor ♥

Llevo unos días pensando que tengo que darte las gracias de alguna manera por todo lo que ha pasado estos días. Sé que he estado bastante insoportable, con cambios de humor y paranoias varias... y sé también que tengo que agradecértelo de alguna forma. Y como no tengo mucho dinero y estoy algo inspirada... pues ahí va:

Cada día, cada minuto, cada segundo me haces darme cuenta de cuánto mereces la pena y de qué poco te lo demuestro a veces. Porque aunque me cueste reconocerlo, soy un poquito egoísta y reclamo gestos que yo no doy. Podría darte las gracias por mil cosas, por decirme cada dos minutos lo guapa que estoy, por recordarme que merezco la pena cuando ya ni siquiera yo lo creo, por ceder ante mis caprichos, por quererme tal y como soy y no pretender cambiarme, por abrazarme cuando más lo necesito, por respetarme, por los viajes y la gasolina invertidos en esto que tenemos, por preocuparte por mí aunque insista en que no es necesario, por llamarme cada día con un nombre diferente, por ser mi despertador casi cada mañana, por cada beso y por cada caricia, por llevarme a sitios especiales para ti, por creer en mí y darme fuerzas para seguir cuando más sola me siento, por hacerme sentir mil cosas sólo con verte, por enseñarme de música, cine, bicis y fotografía, por hacer hasta lo imposible para verme, por tantas cosas... que podría pasarme así años y años.
Yo no sé cuánto va a durar esto, porque sé que a veces soy difícil de llevar, pero bueno... tú nunca te enfadas, ¿no? :P
Sólo sé que quiero estar contigo el tiempo que dure, pero siempre así, como ahora, sin enfados tontos ni nada de eso. Y sé que en ese aspecto, por tu parte, no habrá problemas. Y eso me hace sonreír.
No te imaginas cuánto he pensado en ti estos días, a pesar de vernos día y noche no he podido dejar de pensar en cada momento que pasamos... y en los que pasaremos.

Te quiero muchísimo, mi vida, no te imaginas cuánto, y es increíble que ya casi hayan pasado seis meses... una vida entera me parece corta a este ritmo, pero como soy medio bruja ya encontraré un conjuro para que podamos vivir las que queramos sin preocuparnos por nada más.

No sé cuándo leerás esto... quizás mañana me dé un arrebato de estos de los míos y te diga que lo leas, o quizás esperaré a que lo hagas tú cuando te acuerdes y te apetezca, no lo sé. Lo que sé es que me muero de ganas de que se acabe este día de una vez y llegue la noche, para poder verte otra vez... y a cada minuto que pasa, falta menos. Y aquí estoy yo, sonriendo como una tonta igual que estarás tú cuando leas esto. ¿Pero sabes una cosa? Me encanta la cara de tontos que se nos queda cuando no hacemos otra cosa que mirarnos. Te quiero, cielo... de verdad ♥

13 de junio de 2011

12.876 ♥


Cuando te veía por la ventana, siempre estudiando, pensaba que eras de lo más aburrido y que no merecías la pena. Quién me iba a decir a mí que esa misma ventana iba a ser uno de mis lugares favoritos...


Grecia. Todo empezó ahí. Primero, en las reuniones previas, me preguntaba a mí misma si no estaría equivocada contigo. En cuanto empezó el viaje, lo confirmé: no quería tenerte lejos nunca más. Cama compartida, secretos, fotos, risas, porros de romero que daban risa, mecheros con luces de corazón, revistas que compramos y no entendíamos... minuto a minuto, segundo a segundo te iba queriendo más y más.


Pero el viaje terminó, y tuvimos que volver a nuestras rutinas. "Ya está", pensé, "seguirá con su vida como hasta ahora". Una vez más, me equivocaba contigo. Recreos, idas y vueltas a casa, timbres, carreras para no llegar tarde y cigarros por todas partes. Y así meses y meses que, para qué negarlo, fueron de lo mejor que me ha pasado.

Más tarde empezaron las salidas vespertinas y nocturnas, que no hacían más que confirmar lo increíble que eres. Y RockandGol, y los Guns, y Queen, y un largo etcétera. Y Facebook, y Twitter, y Tuenti, y etcétera etcétera.

Después, me tuve que marchar, pero eso no nos impidió seguir en contacto. Y cuando volví, me alegró comprobar que no me habías olvidado, que seguía siendo una parte importante de tu vida. 


12.876. Suena a número de campo de concentración, pero para mí es mucho más que eso. Es una muestra más de que me quieres, y sé que lo dices en serio. También yo. Te quiero muchísimo, mucho más de lo que pensé que llegaría a quererte, y no te haces una idea de lo importante que eres para mí. Ojalá compartamos 12.876 años más :)


Estoy deseando volver y darte un abrazo tan fuerte que te rompa todos los huesos, y ver cuánto te ha crecido el pelo, a ver si lo tienes ya como Axl :P
Quiero ventana, y te quiero a ti.

20 de febrero de 2011

Ganas de seguir...

Podría dar mil motivos por los que debería querer seguir adelante, pero el único, el que de verdad lo consigue, eres tú.
Cuando llegaste, sólo buscaba pasar página, tengo que reconocerlo. Pero poco a poco, día a día, mensaje tras mensaje has conseguido que esta página luzca mucho más bonita que la anterior. No nos conocemos mucho, pero paso a paso vamos conociendo detalles del otro que, ¿para qué negarlo?, nos encantan. No sé si serás mi príncipe azul, o el verde o el amarillo, pero sé que eres mi príncipe, y yo tu princesa.
Me encanta despertarme por las mañanas y leer un mensaje tuyo que me arranque una sonrisa, llegar a casa al mediodía y que me digas lo guapa que estoy, aún cuando estoy horrible, y encender el ordenador por las noches para ver como luchas contra el sueño frente a la pantalla porque quieres que yo me duerma antes.
Me gustaría volver a pasar página, pero para escribir un nuevo capítulo contigo. Capítulos en los que habrá brujas, ogros, dragones que escupan fuego y miles de fantasmas del pasado, pero capítulos con final feliz.

Te quiero, príncipe.

14 de enero de 2011

Fuck you all!!

Después de una hora, desisto. Ya ni siquiera soy capaz de escribir algo digno de publicar.
Definitivamente, me declaro total y completamente inútil.
Y ya de paso, informo de que la Silvia buena y complaciente que siempre está para todo el mundo ha muerto, así que no os molestéis en intentar dar con ella. De ahora en adelante, seré una verdadera zorra. Lo habéis conseguido.


22 de diciembre de 2010

Todo va bien



Desde hace unos meses, me gusta pensar que las cosas van bien. Esta noche he leído todas las entradas que he publicado hasta ahora, y más de la mitad son depresivas y estúpidas. De hecho, si no supiese que es mi blog pensaría que la escritora es una niñata que no sabe apreciar lo que tiene. Claro que me faltan cosas, pero a todo el mundo le pasa. Y sé que no soy como todo el mundo, pero en ese aspecto todos somos iguales.

¿Por qué digo ahora que las cosas van bien? 
1. Mi mejor amiga me ha perdonado por haber cometido una de las mayores cagadas de mi vida. Me ha demostrado que N.N. infinito no ha muerto, que todo puede ser como antes.
2. Vuelvo a casa y estaré rodeada de la familia a todas horas. Aunque a veces agobian, necesito un tiempo de cierta reclusión familiar.
3. Veré a personas que han marcado mi pasado, que marcan mi presente y que espero que puedan marcar mi futuro.
4. Coñecerei por fin a unha rapaza que é un amor <3 (Vai en galego porque sei que che gusta :P)
5. Hoy ha llovido.
6. Hay una cesta de navidad esperándome en casa.
7. Quizás consiga tomar un café con alguien importante.
8. He acabado con Antonia Augustaaaaaaa!!!! ^^
9. Mañana terminan las clases, y de tres horas que tenemos, dos las pasaremos viendo una película.
10.  Me espera un fin de año increíble, lo sé :)
11. Tengo el pelo suuuuuper largo >.<

12. Sé quién soy: una chica indecisa pero en el fondo segura de que merece la pena, que siempre espera algo de los demás porque no es capaz de vivir sin esperanza. Una chica un tanto egocéntrica, pero para nada prepotente que ríe sin motivo aparente, mira al vacío cuando no encuentra otra cosa que hacer y tiene muchas preguntas rondando por su mente y mucha vida por delante. Si ahora pudiese cambiar el texto aquel de "Como tengo toda la vida por delante..." que nos mandaron hacer en clase, mi visión sería totalmente distinta. 
Es increíble cómo pueden cambiar las cosas en un par de meses, y aunque generalmente soy bastante reticente a los cambios, este me gusta, y cuenta con todo mi beneplácito.

Buenas noches, y por si al volver al hogar me olvido de actualizar... merry Xmas! :)

25 de noviembre de 2010

¡Di NO al maltrato!


Recuerdo una vez hace siete u ocho años, en un centro comercial de mi ciudad, como un hombre le gritaba a una mujer y le agarraba con fuerza el brazo mientras ella suplicaba con los ojos llenos de lágrimas que le dejase irse. La gente miraba sin disimulo alguno e incluso comentaba la situación cual colaborador de Sálvame. Yo tenía once o doce años, y aunque horrorizada por lo que estaba viendo, me armé con la mejor de mis sonrisas y me acerqué a la pareja. Miré al hombre y le pregunté por qué gritaba tanto, si había algún problema. Me respondió que no pasaba nada, que 'solo estaba hablando con mi mujer'. Manteniendo la calma y la sonrisa, le pedí que la dejase irse, que ella estaba alterada y que ya lo hablarían más tarde en casa. Tan pronto como dejó de agarrarle el brazo, ella se encerró en los aseos. 'Muchas gracias, pero no volveré a casa', me dijo mientras se iba.

¿Qué mueve a una persona a maltratar a otra? Cuando hablamos de "violencia de género", solemos mencionar al gran número de mujeres que han muerto a manos de sus parejas pero... ¿qué es de aquellas que siguen siendo maltratadas? Porque es muy fácil lamentarse entre café y café y decir "Otra más... ¡qué vergüenza!". Y aunque sea triste y suene cruel, a todas esas mujeres, a las 64 que han muerto este año y a las 335 en los últimos cinco años ya no podemos ayudarlas. En cambio, estamos a tiempo de tenderles no una mano sino todo el brazo a todas aquellas que son maltratadas día tras día. Porque el maltrato físico es horrible, de acuerdo, pero es muchísimo peor el psicológico. Porque un puñetazo deja marca, pero al final termina por irse, mientras que la humillación, la desesperación, el desengaño... todo eso vive contigo para siempre.

Y para siempre tenemos que mostrar que ya es suficiente, que hasta aquí hemos llegado. Porque decirlo es fácil, pero AYUDAR, en mayúsculas y con sus seis letras, no lo es tanto. Estar al lado de esa persona día a día, dejar de salir de fiesta para animar a otra persona y recordarle a todas horas que hay personas a las que sí les importa... eso es lo verdaderamente complicado.

No importa si el maltratador es tu padre, tu hermano o tu hijo, está mal. Denuncia. Incluso puede ser que la maltratadora sea tu madre, tu hermana o tu hija, porque no debemos olvidar que, aunque en menor cantidad, también hay un gran número de hombres humillados, menospreciados e incluso golpeados por sus parejas.

Sigo sin saber qué mueve a una persona a enterrar en vida a otra. Por muchas vueltas que le doy y por muchas situaciones en las que me imagine, nunca, NUNCA sería capaz de matar a alguien. Porque después de todo, el que maltrata, maltrata, ya sea literal o figuradamente.

Hoy es el día contra la violencia de género, pero debemos ser conscientes todos los días del año. Por ti, por esa vecina a la que escuchas llorar cada noche, por esa amiga que no se puede quitar las gafas de sol ni en invierno, por esa compañera del trabajo que cada día está peor... y por todas las que, desgraciadamente, ya no están ni bien ni mal, simplemente no están.

No he vuelto a saber nada de aquella mujer del centro comercial. Tampoco recuerdo ya su cara ni su voz, así que podría ser cualquiera. Aquella mujer maltratada podría ser la cajera del supermercado, la presidenta de cualquier empresa o esa cantante que tanto te gusta. Porque en estos casos no hay distinción entre clases sociales, todas somos víctimas. Pero no estás sola.
Nunca olvides que si eres consciente de una situación así y no haces nada por evitarlo, te conviertes en un verdugo más.

22 de noviembre de 2010

Paula Bescansa, ¡te quiero!


Una vez más, la vida me sorprende. Y no sé si será este positivismo que últimamente no me quito ni para dormir, pero esta vez es una sorpresa grata.

La he cagado, sí, pero una vez más me has demostrado que existe gente buena en esta vida llena de injusticias, que puedes tener mil defectos (yo tengo mil y uno, te gano) pero sabes perdonar. Y no es algo que hoy en día puedan hacer muchas personas, así que puedes sentirte bien orgullosa. La gente se dice ‘te perdono’, sí, pero realmente, en su interior, no son capaces de hacerlo. Y a mí me da la impresión de que tú sí me has perdonado, con sus dos palabras, sus nueve letras y su espacio.
Pero no vas a olvidarlo fácilmente, lo sé y tampoco quiero que lo hagas, porque si lo olvidas no podrías recordarme que está mal cuando por lo que sea a mí se me olvide. Procuraré no hacerlo, pero va a ser difícil, yo no soy de las que tropiezan dos veces con la misma piedra, yo tropiezo veinte como mínimo. Pero de todas me levanto y sigo adelante. ¿Pero sabes una cosa? Esta vez me llevo la piedra en el bolsillo, para que cada vez que meta la mano en él me acuerde de todo esto y no vuelva a hacerlo. Nunca más.

Te quiero, pequeña, te agradezco enormemente esta nueva oportunidad y prometo que esta vez seré mucho mejor que la anterior. Ya te lo dije muchas veces, que no voy a permitir que nada ni nadie nos separe. Y lo mejor de todo esto es que me has demostrado una vez más que tú tampoco.

Dicen que las verdaderas amistades lo superan todo y se hacen fuertes frente a los problemas… bien, ¡nuestra amistad hoy es incluso más fuerte que Chuck Norris!

¡Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero hasta el infinito y más allá!
N.N.infinito. Siempre.

Pd. Quizás esa no sea nuestra mejor foto, pero me recuerda unos días maravillosos en Madrid con la mejor de las compañías. Te quiero!

1 de noviembre de 2010

Gracias (II)


Demasiado abandonado estaba esto... pero ayer, una chica un tanto peculiar me sugirió que lo retomase, así que aquí estoy. Cariño, esta entrada es sólo tuya.

No recuerdo cuándo nos conocimos exactamente, pero sí recuerdo dónde y cómo. Fue en aquel tugurio llamado Bathory que tanto te gustaba, borrachas como cubas y hablando sin tapujos. Ahí fue cuando descubrí que me caías bien.
Después de varios encuentros entre tú, yo, y el alcohol vinieron las quedadas vespertinas. No estábamos solas, pero ¿para qué recordar a gente que no merece la pena? Creo que nos acompañaban una barbie deforme y una morena con una cara curiosa, quizás tú las recuerdes mejor... :P
Y así un día, y otro, y otro más. Y cumpleaños, y fiestas para celebrar que nos conocíamos.
Luego nacieron las "Chicas yeyé", y descubrimos que vernos sin Pringles verdes no era lo mismo, que el Pisuerga (aunque nadie lo sepa) se podía fumar, y que Cervantes iba a lomos de Babieca hacia Salzetaburgo mientras Tolkien escribía Harry Potter.
Un día, con un sabor agrio en la boca descubrí que las cosas no eran como antes, que me interesaba más otra gente y que tenía que distanciarme. Y eso hice, cometiendo un error (afortunadamente) reparable.
Un año y varios meses pasaron hasta que me dí cuenta de que te echaba de menos. Sólo a ti. Después de dudar mucho, marqué tu número y te llamé. Volvimos a vernos, y supe por el brillo de tus ojos que nada había cambiado, que nos queríamos como antes. Sin rencores.
Esta vez no quedábamos tanto como antes, pero hablábamos más. Ya fuese en persona o por internet, ninguna de las dos estábamos dispuestas a dejar que esto volviese a morir.
Descubrimos que somos más parecidas de lo que pensábamos, que Sabina es un dios y que el rock rocks (juego de palabras horrible, lo sé).
Y cambiamos la casa de la Barbie por el karaoke, el Small's por otros sitios más acordes con nuestros gustos, las canciones "yeyés" por los poemas de Sabina, y las Pringles... bueno, las Pringles siguen y seguirán.

No sabes cuánto me alegro de haber retomado el contacto, me encantan tus paranoias igual que te gustan a ti las mías, me encanta poner una frase de Sabina en el estado y que respondas con la siguiente, me encantan tus conclusiones de domingo y todos los textos que llevan tu firma, me encanta saber que pase lo que pase estás ahí, a seis horas de distancia pero dispuesta a escuchar todo lo que tenga para decirte. Y me encanta... me encantas tú.

Te quiero muchísimo, no te imaginas lo importante que eres ahora en mi vida.

20 de septiembre de 2010

Gracias (I)




Había una vez una chica un tanto extraña que carecía de autoestima. No se consideraba guapa, ni interesante, ni tenía nada de lo que presumir. Además, era un tanto paranoica y sentía que todo el mundo la odiaba en secreto. Hasta que llegó él.

Al principio le odiaba un poco, porque tenía mucha confianza con el chico que a ella le gustaba. En su opinión, demasiada confianza. Y por eso nunca hablaba con él, era muy seca y apenas le saludaba si lo veía por los pasillos. Después, él se marchó de la ciudad porque se había acabado su estancia allí y debía volver a casa. Como siempre hacía ella, empezaron a hablar después de que se hubiese marchado, una vez que ya no era un peligro.
Poco a poco, se fue dando cuenta de que el chico que le gustaba no era como ella creía ser, y se fue desencantando hasta el punto de discutir con él. Y mientras, este otro chico, un italiano de un pueblecito de Génova, estaba ahí siempre que ella necesitaba alguien con quien hablar.

Se parecían bastante, él también era un paranoico con poca autoestima que además no estaba pasando por su mejor momento. Pasaron varios meses de escribirse parrafadas día tras día, él le animaba y ella intentaba hacer lo mismo con él. No era fácil, porque cada cosa que él decía, cada sensación que él describía le recordaba a ella un momento del pasado, o incluso a veces situaciones que estaba viviendo en aquel momento. Empezó a quererle, pero no se lo dijo. Era demasiado pronto, él podría pensar que ella estaba loca, o pensar que no hablaba en serio. Podría incluso darse cuenta del tipo de persona que ella era en realidad y dejar de hablarle. Ella lo habría entendido, al fin y al cabo, ni siquiera se gustaba a sí misma.

Pero él no dejó de hablarle. Es más, empezó a contarle más y más cosas, como si fuese su amiga de toda la vida y ella, poco a poco, empezó a irle queriendo más y más. Cada vez que le pasaba algo digno de contar, o cada vez que no sabía qué hacer, le escribía, y él siempre conseguía arrancarle una sonrisa.

Un día, él le dijo que iba a volver a su ciudad durante unos días, y ella se moría de ganas por verle y estar con él. Fueron de los mejores días de su vida, pero tuvo que marcharse de nuevo. Y en esta ocasión, mientras el autobus se alejaba, ella no pudo reprimir las lágrimas que llevaban horas luchando por salir a la luz. Lloró como hacía mucho tiempo que no lloraba por nadie. 

No volvieron a verse, pero siguieron hablando y contándoselo todo. Él le ayudó a dar uno de los pasos más importantes en su vida, le animó cuando nadie más lo habría hecho, y ella nunca olvidó ese detalle, ni los otros cientos de miles que había tenido antes. Él había ganado autoestima, pero para ella no era suficiente. Quería que se viera como ella le veía: alguien imprescindible para mucha gente. Él consideraba  que tenía un yo aburrido-bicho raro-filosófico, y era cierto. Pero eso era precisamente lo que más le gustaba a ella. Le quería con todos y cada uno de sus problemas. Sin ellos, él no sería ni la mitad de atractivo, porque ella no huía de los problemas, los mataba a taconazos y golpes de minifalda. Un paseo haciéndose notar y sintiéndose deseada era lo que más le subía el ánimo, y si tenía el ánimo subido, podría ayudar para que él lo subiese también.

Y así hasta el día de hoy, en el que esa chica se ha dado cuenta de que no podría haberlo hecho sin él, que a día de hoy todavía no puede vivir sin saber qué es de su vida y sin conocer cada uno de sus problemas y paranoias de bicho raro, que al fin y al cabo es lo que ambos son. Y hoy, se ha dado cuenta de que nunca podrá vivir sin él, y de que no quiere que se vaya NUNCA.

Esta es, para mí, la historia de amistad más bonita del mundo. A otros les parecerá una mierda, y puede que en el fondo sea así, pero a mí me basta para ser feliz. No necesito nada más que a él.

Ti voglio bene, amore del mio cuore!!