22 de noviembre de 2010

Paula Bescansa, ¡te quiero!


Una vez más, la vida me sorprende. Y no sé si será este positivismo que últimamente no me quito ni para dormir, pero esta vez es una sorpresa grata.

La he cagado, sí, pero una vez más me has demostrado que existe gente buena en esta vida llena de injusticias, que puedes tener mil defectos (yo tengo mil y uno, te gano) pero sabes perdonar. Y no es algo que hoy en día puedan hacer muchas personas, así que puedes sentirte bien orgullosa. La gente se dice ‘te perdono’, sí, pero realmente, en su interior, no son capaces de hacerlo. Y a mí me da la impresión de que tú sí me has perdonado, con sus dos palabras, sus nueve letras y su espacio.
Pero no vas a olvidarlo fácilmente, lo sé y tampoco quiero que lo hagas, porque si lo olvidas no podrías recordarme que está mal cuando por lo que sea a mí se me olvide. Procuraré no hacerlo, pero va a ser difícil, yo no soy de las que tropiezan dos veces con la misma piedra, yo tropiezo veinte como mínimo. Pero de todas me levanto y sigo adelante. ¿Pero sabes una cosa? Esta vez me llevo la piedra en el bolsillo, para que cada vez que meta la mano en él me acuerde de todo esto y no vuelva a hacerlo. Nunca más.

Te quiero, pequeña, te agradezco enormemente esta nueva oportunidad y prometo que esta vez seré mucho mejor que la anterior. Ya te lo dije muchas veces, que no voy a permitir que nada ni nadie nos separe. Y lo mejor de todo esto es que me has demostrado una vez más que tú tampoco.

Dicen que las verdaderas amistades lo superan todo y se hacen fuertes frente a los problemas… bien, ¡nuestra amistad hoy es incluso más fuerte que Chuck Norris!

¡Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero hasta el infinito y más allá!
N.N.infinito. Siempre.

Pd. Quizás esa no sea nuestra mejor foto, pero me recuerda unos días maravillosos en Madrid con la mejor de las compañías. Te quiero!

No hay comentarios:

Publicar un comentario