¿Qué mueve a una persona a maltratar a otra? Cuando hablamos de "violencia de género", solemos mencionar al gran número de mujeres que han muerto a manos de sus parejas pero... ¿qué es de aquellas que siguen siendo maltratadas? Porque es muy fácil lamentarse entre café y café y decir "Otra más... ¡qué vergüenza!". Y aunque sea triste y suene cruel, a todas esas mujeres, a las 64 que han muerto este año y a las 335 en los últimos cinco años ya no podemos ayudarlas. En cambio, estamos a tiempo de tenderles no una mano sino todo el brazo a todas aquellas que son maltratadas día tras día. Porque el maltrato físico es horrible, de acuerdo, pero es muchísimo peor el psicológico. Porque un puñetazo deja marca, pero al final termina por irse, mientras que la humillación, la desesperación, el desengaño... todo eso vive contigo para siempre.
Y para siempre tenemos que mostrar que ya es suficiente, que hasta aquí hemos llegado. Porque decirlo es fácil, pero AYUDAR, en mayúsculas y con sus seis letras, no lo es tanto. Estar al lado de esa persona día a día, dejar de salir de fiesta para animar a otra persona y recordarle a todas horas que hay personas a las que sí les importa... eso es lo verdaderamente complicado.
No importa si el maltratador es tu padre, tu hermano o tu hijo, está mal. Denuncia. Incluso puede ser que la maltratadora sea tu madre, tu hermana o tu hija, porque no debemos olvidar que, aunque en menor cantidad, también hay un gran número de hombres humillados, menospreciados e incluso golpeados por sus parejas.
Sigo sin saber qué mueve a una persona a enterrar en vida a otra. Por muchas vueltas que le doy y por muchas situaciones en las que me imagine, nunca, NUNCA sería capaz de matar a alguien. Porque después de todo, el que maltrata, maltrata, ya sea literal o figuradamente.
Hoy es el día contra la violencia de género, pero debemos ser conscientes todos los días del año. Por ti, por esa vecina a la que escuchas llorar cada noche, por esa amiga que no se puede quitar las gafas de sol ni en invierno, por esa compañera del trabajo que cada día está peor... y por todas las que, desgraciadamente, ya no están ni bien ni mal, simplemente no están.
No he vuelto a saber nada de aquella mujer del centro comercial. Tampoco recuerdo ya su cara ni su voz, así que podría ser cualquiera. Aquella mujer maltratada podría ser la cajera del supermercado, la presidenta de cualquier empresa o esa cantante que tanto te gusta. Porque en estos casos no hay distinción entre clases sociales, todas somos víctimas. Pero no estás sola.
Nunca olvides que si eres consciente de una situación así y no haces nada por evitarlo, te conviertes en un verdugo más.