28 de abril de 2010

Nothing to fear...



He descubierto por qué no consigo dormir últimamente: las agobiantes temperaturas sorianas me lo impiden. Y ya que no puedo conciliar el sueño, pienso. Y, por lo tanto, sumo una entrada más a las acumuladas anteriormente.

Me he dado cuenta de que toda mi vida he vivido con miedo a tantas y tantas cosas estúpidas e inútiles. Como de pequeña tenía miedo, había asumido que se lo sigo teniendo, pero anoche me di cuenta de que ya no es así.

Hace años no podía dormirme si no había alguna luz cerca, y hoy la oscuridad es una fiel compañera.
Hace años lloraba y rozaba los ataques de ansiedad cada vez que veía un animal suelto, y ahora me alejo por costumbre aunque me encantaría tener un bicho que me hiciese compañía.
Hace años no soportaba las películas de miedo, ahora me ayudan a matar las horas.
Hace años soñaba con encontrar a mi príncipe azul, ahora sé que aparecerán uno verde, otro rojo, y así hasta agotar los colores. Pero al final todos se irán, dejando a su paso un amargo sabor de boca.
Hace meses temía a la soledad, ahora no falta a su cita diaria, es increíble lo productiva que es una noche de coloquio con la soledad y la oscuridad.
Hace meses me esforzaba por ser como los demás querían que fuera, ahora soy yo, y al que no le guste, que mire para otro lado.

Será el buen tiempo, la estupidez que me posee cuando no duermo lo suficiente o simplemente que por fin me acepto como soy, pero no cambiaría nada de lo que me caracteriza.

Será así durante mucho tiempo, estoy segura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario