6 de abril de 2010

Aún no es demasiado tarde, princesa.



¿Por qué hay personas que te lo dan todo sin pedir nada a cambio y otras te lo piden todo para no dar nada?

Siempre he sabido que el mundo estaba mal repartido, pero hasta hace unos minutos pensaba que pertenecía al primer grupo. Ahora sé que soy mucho más egoísta de lo que pensaba, que siempre pido algo antes de dar la mitad, y que soy una puta cínica. Desde niña he criticado a los que se preocupan sólo por su culo, pero hoy he intentado mirar hacia delante y sólo he visto el mío. Todo lo que hago busca un reconocimiento, una recompensa, que alguien me diga que por fin destaco en algo. Siempre espero algo que no debería esperar. Si llega, bienvenido sea, y si no llega, también. He tardado diecinueve años en mirar hacia delante de verdad. Diecinueve años para descubrir que sólo tengo ojos para mí, que lo único que me ha preocupado todos estos años ha sido eso: salvar mi culo. Y para colmo no lo he hecho bien: está plagado de celulitis.

Normalmente, cuando doy las gracias en una entrada suele ser de un modo sarcástico, pero esta vez es de verdad. Gracias a todos los que, sin siquiera daros cuenta, me habéis ayudado a entender que no era tan buena persona como creía ser. Pero tengo toda la vida por delante para cambiarlo, y por mucho que Sabina se empeñe en afirmarlo, aún no es demasiado tarde, princesa.

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